jueves, 3 de diciembre de 2009

Día carpichoso

Hoy es uno de esos días en los que quiero dejar el vago estar y empezar a ser. Quiero dejar todo lo malo a un lado y por, al menos, un día olvidarme de todo y evitar el dolor.

Hoy quiero salirme ruidosamente de esta absurda clase y hacerle entender al profesor que simplemente es un frustrado; acostarme en la grama y ver las nubes mientras mi espalda yace en la fría hierba.

Hoy sería el día perfecto para que el cielo estalle en lágrimas de dulce lluvia; para correr bajo las frías gotas en su compañía y darle un beso húmedo; para que al detenernos por el cansancio sean nuestro temblor corporal y nuestros pezones duros el único indicio del frío que nos invade.

Quiero, hoy, dejar de contar anécdotas a un ordenador verdaderamente vacío y poder contarlas a una persona de carne y hueso: Carlucho. Mientras disfrutamos de una copa de vino y dejar que la charla siga por horas y horas hasta que nuestros cerebros trabajen con mucha menos velocidad y perdamos el conocimiento en un estado de dulce ebriedad… Como cuando estábamos en el colegio. Quiero poder hablar con él, Carlos, en persona y agradecerle por estar siempre conmigo, aún en la distancia.

Quiero olvidarme del teléfono móvil y el acoso que conlleva ser el propietario de uno; tirarlo en una fuente y no pensar en que voy tarde a algún lugar y en las llamadas de la gente quejándose por mi irresponsabilidad.

Suena hasta tentadora la idea de que viésemos una película juntos, con el único fin de así tener una excusa tonta para quedarme profundamente dormido en el calor de su pecho.

Quiero volar en un globo de colores, que haga contraste y dé un punto de alegría al cielo de color gris de estos días lluviosos; ver a mis compañeros terrícolas muy abajo, caminando apresuradamente y del tamaño de pequeñas hormigas; todo esto mientras charlo tranquilamente con Déborah y nos reímos del mundo.

Quiero hoy visitarla en su estrella, escuchar su voz y sentir su extinto calor corporal; percibir su aroma y acariciar su cabello de recién nacida; pelear con ella por alguna razón sin importancia, solo por el placer de ver sus expresiones alteradas; verme en sus ojos y usarlos como espejo, un espejo que me devuelve una sonrisa sin boca. Quiero abrazarla, mientras me regaña con alguno de sus prejuicios; quiero estar con ella por un largo rato y hacer caso omiso del leve sonido de las manecillas de su reloj de pulsera, que marcan el tiempo y me avisan que se está acabando.

Quiero volver a la tierra y sentir su estrella latente en mi pecho.

Quiero reír, quiero volar; quiero sentir, quiero llorar; quiero correr, quiero saltar, quiero sentir que mi cuerpo tiene vida y que las venas de mis sienes están apunto de explotar.

Quiero recorrer un gran trayecto a una velocidad vertiginosa en mi vehículo, mientras coreo alguna de las miles de canciones que me sé a medias, mientras el viento que entra por la ventanilla eriza mis vellos y despeina el cabello de mi acompañante.

Quiero ver a Helena perseguir mariposas azules, coreografeando sus pasos con el sonido de J’y suis jamias allé de Yann Tiersen.

Quiero caer en el pecado de estar con su cuerpo, el de la persona que ni siquiera conozco, y así despertar al día siguiente a su lado en una cama deshecha.

Quiero pelear con Javi por un buen rato, para luego dejarlo todo, porque más vale para mí el corazón que bien esconde que las necedades de las cuales hace alarde.

Quiero hacerle ojitos a Jatnna para convencerla de que complazca alguno de mis tontos caprichos.

Quiero reír histéricamente y que se me salgan las lágrimas por ello.

Quiero historias del millón de primos de Gabriela, mientras Carmela me lanza sonrisas de cómplice.

Quiero hacerle la música de fondo a la voz de Bárbara.

Hoy quiero tantas cosas que…. Al carajo, yo me devuelvo a su estrella.


Au revoir, terrícolas.

L’ Angelček

domingo, 8 de noviembre de 2009

Sofía, la doña de sociedad

Camina pausadamente por las espaciosas áreas de su casa, ubicada en el este de la ciudad. Sofía está siempre vestida de punta en blanco, aunque no planee si quiere salir de las muchas paredes y pasillos que conforman lo que algún día ella llamó hogar. Hoy no es más que su costosa prisión, con pisos de mármol de Carrara.

Nació hace ya casi setenta años, en el seno de una familia con mucho apellido y poco capital. Sin embargo, sus padres se encargaron de darle la educación necesaria para que aprendiese a comportarse como una dama y pudiese conseguir un hombre de bien.

Esto al parecer resultó, pues mientras estudiaba Educación, a los veinte años, conoció en una cita, arreglada por su familia, a un hombre quince años mayor. Era un tipo educado, empresario, de buena familia, poco agraciado físicamente y con pocos temas de conversación. Sofía no se sentía atraída por él, pero fue más poderosa la insistencia de su familia que su criterio propio. Alfonso fue paciente y espero a que Sofía culminase sus estudios universitarios para desposarla.

Sofía nunca tuvo que trabajar. Sus manos son bonitas e inútiles: nunca aprendieron a hacer ni la más simple de las tareas domésticas. Alfonso le proporcionó una vida de muchas comodidades.

Sofía, en sus años mozos, conoció el mundo y sus distintas culturas. Viajó y compró ropa en tiendas costosas, disfrutó con sus familiares y amigos, tomó muchas fotos. Hoy en día, camina por galerías enteras llenas de esas fotos, que son su única compañía, son quienes le recuerdan que en algún momento estaba acompañada y también la hacen ver lo miserable que se siente en su soledad. Su única compañía es la chica que limpia y cocina.

Sus hijos ya están casados y viven todos fuera del país. Su esposo murió de cáncer de colon hace ya cinco años. No hay día en el que Sofía no eche de menos a Alfonso, a quien sinceramente nunca amó, pero a quien definitivamente se acostumbró. Hoy extraña su olor y su tono de voz; la forma en que comía y luego encendía su pipa; y la juventud en la cual ambos disfrutaron de su extinta virilidad.

Sofía vive entre fantasmas y voces que salen de gargantas invisibles. La atormentan y han logrado que Sofía haya perdido el antiguo brillo de sus negros ojos. Sin embargo, ella no pierde jamás la clase ni la distinción, aunque la esperanza y el interés los haya perdido hace tiempo. Sofía es una dama elegante, hasta en su agobiante desolación. Naturalmente, cuando sale con las pocas amigas que le quedan, a tomar algo en algún café, se arregla aún más, porque no quiere que las conversaciones de las doñas de El Cafetal versen sobre su descuidado aspecto.

Sofía goza de una salud de la que hace alarde frente a sus amigas coetáneas, que empiezan a deteriorarse; pero que maldice en secreto. Espera en silencio que la muerte la visite un día no muy lejano, para no tener que levantarse otro día de sus suntuosos aposentos y sonreírle falsamente a la élite caraqueña.

Sofía siente que su vida carece de sentido, ya no busca nada, y como bien leyó una vez “Una vida sin búsqueda no merece la pena de ser vivida”. Sofía no sabe ni siquiera si cree en el Dios que sus padres le enseñaron a respetar y adorar, pero de todas maneras le ruega todas las noches que se apiade de ella y se la lleve de su monótona vida terrenal.

L’Angelček

martes, 13 de octubre de 2009

Pena de muerte frutal





Ella es la naranja, que yace postrada ahí, en la cesta de frutas del mesón. Esta cesta representa para ella algo muy parecido a lo que representa la silla eléctrica para un condenado, pues sabe que de un momento a otro será devorada y su existencia habrá finalizado abruptamente.
Ella, la naranja, resalta de forma descarada y tentadora, debido a su brillante color y su forma sensualmente redonda, de sus otros sosos y pálidos compañeros de cesta: el señor níspero y La Orden de las Hermanas Uvas de la Consagración. Ella sabe que su belleza táctil, pues es más agradable al tacto que la rugosa guanábana; su llamativo color, mucho más brillante que el trillado rojo de la pecadora manzana; y su desenfadadamente ácido y a la vez dulce sabor, hacen de ella la presa más fácil del bastardo humano, quien planea tener una saludable merienda a eso de las tres de la tarde.

La naranja espera en un amargo silencio, maldiciendo al creador por haberla hecho tan brillante, suave, redondeada, dulce y llena de vitamina C, que venga aquel vil hombre a despojarla de su lustrosa piel y la devore sin compasión alguna.




Au revoir, terrícolas.


L'Angelček


PD: Me arriesgo a afirmar que esto es lo más inverísimil que he escrito jamás. Gracias a Bahamonde y sus descripciones extrañas.

martes, 1 de septiembre de 2009

Domingo

Cada vez que me voy a dormir contigo, experimento una sensación de amor y odio, puesto que por una parte me encanta dormir a tu lado; pero por otra, siento que si al despertar me doy cuenta que estoy solo y que todo fue solo un sueño, mi mal humor sería épico y duraría por horas. Quizás no sería ni siquiera mal humor, lo más probable es que fuera una incómoda desilusión. Hoy, sin embargo, mis miedos no son más que algo irracional, pues al despertar seguimos juntos, en la misma habitación que borrosamente recuerdo de anoche. Al parecer todo ha sido real, por muy extraño que pueda sonar.
Es una mañana fría, o al menos para un venezolano lo es, las nubes tapan el cielo parisino y la luz que entra por la ventana es bastante tenue. Tú aún duermes. Te arropo la espalda desnuda por temor a que, con lo inútil que es tu sistema inmunológico y lo eficaz que es tu capacidad de enfermarte, te vayas de aquí con una gripe maldita.
Hoy no hay prisa porque despiertes. Hoy solo quiero que descansemos un poco y disfrutemos tranquilamente nuestro último día de paseo.
Me quedo largo rato viéndote mientras duermes. ¡Me agrada tanto hacerlo! Me pregunto qué estarás soñando, si es que sueñas algo. O quizás eres de los que duermen pesado y no sueñan nada. Ahora que lo pienso jamás te he preguntado si sueñas o no y, también, ahora que lo pienso mejor, sería como idiota preguntarte eso. Ahora que lo pienso ya ni sé qué pienso, la resaca de champagne no es buena para el raciocinio.
Al fin, luego de un largo rato, despiertas sonriente. Me pregunto si yo soy el único ser humano que generalmente despierta de mal humor, porque jamás te he visto a ti despertando sin una sonrisa en la cara.
-Buen día- dices entre bostezos sonriendo.
-Bonjour!
-¿Qué haya para hoy?
-Hoy es domingo, día del señor. Creo que lo más sensato es que descansemos y quizás más tarde demos un último paseo antes de volver.
-Tan católico, vale. Hablo en serio.
-¿Y tú crees que yo bromeo? Pues no. Tengo planeado pedir comida a la habitación y ver alguna película, o qué se yo.
-¿Película? Si tú eres la peor persona para ver películas, nunca puedes mantenerte despierto por más de media hora.
-Bueno bueno, hoy no es para hablar de mis defectos.
Entonces, como dije previamente, pasamos lo que quedaba de mañana siendo los más viles vagos: comiendo, viendo películas y shows en la televisión, haciendo paréntesis solo para hacer el amor. En la cama, en la ducha, en el sofá, la alfombra…. Y ya, tampoco es que teníamos la suite presidencial.
-Con tanta actividad física debo haber adelgazado unos cuatro kilogramos.
-Ya lo creo gordito- dices riendo.
-Vuelve a decirme gordo, larva humana, y te arranco los ojos a coñazos.
-Calma, sabes que pareces sidoso.
-Como es menester, amor.

A eso de las tres de la tarde empezamos a empacar. La última parada, antes de volver a nuestros respectivos hogares, queda un poco lejos y el trayecto es largo. Lo divertido de los hoteles es que se deja todo desordenado. Me encantaría vivir en un hotel.
Luego de unas dos horas de camino llegamos al lugar que más me costó decidir. Tenía en mente ciudades como Londres o Viena, quizás Praga y hasta Moscú. Pero, un día, mencionaste algo mientras íbamos a una fiesta y eso me dijo cual sería el último destino perfecto: Brygge, en el Reino de Noruega. No es un destino común, de hecho me costó encontrar la ciudad ideal en el país ideal para poder hacerte ver eso que tanto ansiabas ver, pero eso será un poco más tarde, mientras tanto haremos un poco de turisteo.
-¿Dónde estamos?
-Pronto lo sabrás. Mientras tanto, te recomiendo que te abrigues my bien, con bufanda y demás. El clima de acá es bastante frío.
No nos encontramos ni siquiera en una ciudad, es más como un suburbio pequeño, un valle entre “Las siete montañas”. Un lugar bastante hermoso, lleno de casas de madera. Un muelle a las orillas del fiordo, que luego atravesaremos en una embarcación.
-No es que la ciudad no me guste, pero me parece extraño que estemos acá.
-Verás, un día mencionaste algo que te gustaba mucho y que en Venezuela no se da. Es un fenómeno natural. De verdad no espero que lo recuerdes, pero no te preocupes que pronto lo verás. Mientras tanto, mira que divertidas son esas casas altas y puntiagudas, muy típicas de esta parte del mundo. Y en pocos minutos abordaremos una embarcación que nos llevará a conocer el fiordo de acá.
Una vez en la embarcación, esta despega y nos da un recorrido por el fiordo. Es asombrosamente hermoso, aún cuando ya es noche cerrada. Las empinadas e imponentes montañas que salen desde el mar glacial nos ofrecen una vista parcial del oscuro cielo del norte.
Un chico, del personal de la embarcación, nos ofrece a ambos un trago de vodka, el cual tomamos sin pensarlo dos veces.
-¡Más alcohol! Siento que he perdido medio hígado este fin de semana- dices mientras das el primer sorbo.
-Como dice el dicho “Al pueblo que fueres, haz lo que vieres” y esta gente del norte nace con la botella de vodka debajo del brazo, así que ¡salud!
Cuando falta poco para que culmine el viaje, es hora de impedirte que veas, por eso vendo tus ojos con un paño y te explico que es para que no dañes la sorpresa final.
Descendemos de la embarcación y te guío con cuidado por el escabroso camino de tierra. Hace mucho frío y la brisa pretende tumbarnos. Pero me mantengo firme e intento que así te mantengas tú también. No permitiré que nada dañe la última parte de nuestro recorrido. Luego de unos quince minutos de ascender por una pequeña colina, llegamos a una explanada, con una vista perfecta de eso que quiero que veas.
-Bueno, antes de que puedas ver, hace algunas semanas, cuando todo esto no era más que un plan utópico, yo aún buscaba qué lugares visitar, de manera de hacer el viaje verdaderamente significativo con cosas que nos gustaran a ambos. Lo tenía casi todo planeado, pero faltaba algo verdaderamente impresionante para el final. Estaba en fase de bloqueo mental. De repente y prácticamente de la nada, mencionaste algo que te gustaría mucho volver a ver y ahí me diste la idea final para el lugar ideal. Sé que has visto esto antes, pero estamos realmente lejos del lugar donde lo viste por primera vez. Espero que sea igual o más hermoso que aquella vez y que de verdad lo disfrutes.
Destapo lentamente tus ojos y espero con ansias ver tu expresión. Abres los ojos lentamente y, graciosamente, abres también tu boca en un dejo de asombro.
En el amplio y oscuro cielo estrellado, hay una proyección de colores y formas informes: la aurora boreal.
-Esto es, casi, demasiado. De todas las cosas que pude imaginar que vería, jamás pensé que sería esto. No puedo creerlo, es surreal.
Nos quedamos largo rato sentados viendo cómo cambian las formas lentamente y los colores se hacen más brillantes conforme se acerca la medianoche. Nos abrazamos para que el frío no nos mate.
Conversamos de cosas poco importantes por un rato y hasta abordamos temas más profundos. Me preguntas por qué hago todo esto y no puedo más que responder porque me provoca, porque de repente sentí ganas de hacer algo así, contigo. Te comento que sé que muchas veces soy insoportable y que me pregunto cómo demonios sigues a mi lado. Es decir, soy prácticamente la antítesis del tipo de personas que te gustan, o con quienes te gustaría estar: te gusta la gente alegre y yo soy bastante amargado; te gusta la gente refinada y elegante, yo soy un camionero; te gustan las películas, yo prefiero los libros porque las películas me dan sueño; te gustan los hombres corpulentos, pero yo soy bastante enclenque; te gusta la gente cariñosa y yo soy bastante frío y terco y prepotente y arrogante y muchas otras cosas que a ti te desagradan; pero, aún así, hay momentos en los que ambos olvidamos los defectos y nos concentramos únicamente en explotar nuestras cualidades.
Me recuerdas que una vez te hice mucho daño y que fui el causante de muchas lágrimas y te respondo que en la vida llorarás por cosas malas y por cosas buenas, y que aunque no me sienta especialmente orgulloso de muchas cosas que he hecho, de todas creo haber aprendido algo y sé que tú sacaste también mucho aprendizaje de esa época dura. Me he esforzado por redimirme y creo que ha tenido un buen resultado, o sea míranos aquí, dónde lo único que hemos hecho es divertirnos y dejar que nuestros sentimientos por el otro vayan como caballos desbocados. No puedo prometerte amor eterno, ni ti ni a nadie, creo que solo podría ofrecérselo a mi hermano, pero puedo ofrecerte ser quien te acompañe por el tiempo que sea prudente y por el tiempo en que ambos los disfrutemos. Quiero estar contigo por el tiempo en el que el respeto sea nuestro primer pilar y el cariño sea la manera de llevar nuestras acciones a cabo, sin caer en dependencias, pues amo ser un espíritu libre y que tú lo seas también. Quiero estar contigo por el tiempo en el que ambos conservemos nuestra forma de ser, pero que seamos lo suficientemente maduros para poder ceder, un día tú y otro yo, como una pareja que busca la felicidad mutua.
La velada termina fundidos en un caluroso beso, con las luces del norte en el horizonte y el frío azotando nuestros cabellos.
El viaje de vuelta es agradablemente silencioso y caluroso. El camino pasa vertiginosamente rápido ante nuestros ojos y pronto llegamos a un lugar más conocido: Caracas.
-No trajimos nada de souvenirs para nadie- dices.
-Pensé que ya sabías que yo pienso en TODO. Toma, aquí hay una bolsa con llaveros de cada ciudad visitada para nuestra pequeña amiga. Espero que le agraden.
-Eres un bastardo.
Me agrada que me conozcas tan bien.
Llegamos a tu residencia y te bajas del vehículo con cierta pesadez, pensando en cuál será la excusa para tu madre.
-Adiós, gracias por todo, fue maravilloso.
-Adiós, amor, no ha sido más que un detalle.
-Tanta modestia es casi graciosa.
-Cállate- digo entre risas.
Y así nos despedimos y al quedarme solo, por primera vez en varios días, me doy cuenta de lo cansado que estoy. Sigo mi camino hasta mi hogar. La vía está tranquila y llego rápidamente al camino montañoso que me lleva a mi montaña. Inesperadamente, el suelo está muy resbaloso y en un momento de distracción, mientras cambiaba una canción en el reproductor de música, pierdo el control del vehículo y empiezo a caer a lo largo de la montaña… la caída es lenta y larga y dentro de mi desesperación solo puedo preguntarme ¿si muero hoy, moriré feliz? No sé qué responder a ello.
Caigo…. Caigo…. Caigo…. Caigo….. caigo en mi cama, exaltado, sudado, con la respiración entrecortada y sin saber qué está pasando. Pronto caigo en cuenta de lo que ha sucedido: todo fue un largo, magnifico, inesperado y atípico sueño. Sí, un sueño, largo, lindo, feliz y excitante, pero SUEÑO al fin. Sin embargo, y por alguna extraña razón completamente ajena a mí, no estoy desilusionado, ni siquiera molesto. Estoy feliz, porque tengo algo que contar: El relato de una historia que aún no ha sucedido.

Fin.

L’Angelček

PD: De verdad tuve bloqueo mental y por eso tardé tanto en terminar mi pequeño relato.

lunes, 3 de agosto de 2009

Sábado

¡Estupendo! No fue un sueño. Al despertar sigo a tu lado, seguimos abrazados y tengo prisa porque despiertes y continuemos con esta aventura que inició hace unas horas.
Despiertas con una sonrisa inocente, de esas que solo salen cuando aún no se está consciente de lo que se hizo la noche anterior, o de lo que se hará en el día que apenas comienza.
-Buenos días.
-Buen día, amor.
-¿Qué hay para hoy?
-¡Venga! Se pierde mucho tiempo al preguntar, en marcha.
Al salir del hotel, el cielo está nublado y la neblina llega al piso. De nuestras bocas sale con cada exhalación una bocanada de humo blanco, casi como el humo de un cigarrillo. Hace mucho frío.
Enciendo un cigarrillo y, como era de esperarse, me regañas diciéndome que eso me dará cáncer, me dañará el corazón, los pulmones, las arterias, y hasta el útero que no tengo.
-Hoy nada nos hace daño amor, ni a ti ni a mí. Hoy somos inmunes.
-De todas formas, odio que fumes
-¡Calma!- digo entre risas mientras lanzo una espesa bocanada de humo.
-¿Adónde vamos?
-Es una sorpresa, lo he dicho ya.
-¡Joder! Eres imposible.
-Lo sé, cariño. Lo sé.
-Debo admitir que te ves sexy cuando fumas.
-Eso también lo sé- digo inflando el pecho.
-Eres un cretino.
-Igual me quieres, ¿no?
-Más que al sexo- dices y me das un fuerte beso en la boca.
-Yo te amo- te sonrojas.
Hemos ya caminado por aproximadamente una hora y el día empieza a levantarse, parece tan perezoso como nosotros. Ya se ve el cielo brillante y a nuestro lado empiezan a aparecer pequeñas casas altas y coloridas Veamos qué tan atento puedes llegar a ser…
-¡Esto ya no es München! O sea, es diferente.
-A ti sí que no se te escapa nada- digo entre risas.
-Y entonces, ¿dónde estamos?
-Pues, acabamos de hacer nuestra entrada triunfal en una de mis ciudades favoritas, de las no muchas que conozco: ¡Ámsterdam!
-¡Ay, madre del amor hermoso!
La ciudad es verdaderamente hermosa, llena de pequeñas calles de piedra, con miles de pequeñas, altas y coloridas casas a cada lado del camino; atravesada por los famosos canales, donde los turistas dan paseos en pequeñas embarcaciones.
Caminamos durante varias horas, conociendo y visitando los lugares más importantes: La casa de Anne Frank, el Rijksmuseum, Van Gogh Museum, El Dam, algunos Coffe shops, el Concert Gebouw, El museo de cera... lugares varios a los que es necesario echarles aunque sea una ojeada.
Aproximadamente al mediodía, nos sentamos en esa especie de jardín que está en frente al Rijksmuseum a comer cualquier cosa.
-No sé cómo lo haces, pero esto es sorprendente.
-Digamos que yo soy algo así como una caja de Pandora, ni yo mismo sé cuál será mi próxima gran idea.
De repente oigo ese sonido que, generalmente, me molesta y hoy obviamente me molesta aún más: el repique de tu celular. Tienes una llamada entrante.
-¡Suelta ese aparato!
-No puedo, debo contestar. ¡Es mi madre!
-Si te vas a meter en un problema, ¡pues que sea en uno grande!- al decir esto salto encima de ti y forcejeo un poco para quitarte el celular, tus muñecas ceden, ahora lo tengo yo y salgo corriendo para que no me atrapes. Ahora tú me persigues y la gente se nos queda viendo. Yo me rio de una manera un poco histérica, esto de la adrenalina no me hace bien. Finalmente, llego a una linda fuente y lanzo tu teléfono al fondo de la misma. Tu cara es un poema. Para que no te molestes, tanto, lanzo el mío también.
-Te dije que hoy eres solo para mí. Luego hablas con tu madre y le inventas cualquier excusa.
No te queda más que sonreír. Luego del percance de los teléfonos móviles, seguimos caminando y conociendo, sonriendo como si nada hubiera pasado, y es que de verdad ni siquiera le diste mucha importancia. Sí, yo se que fue un ataque de impulsividad, también sé que debo controlar mi impulsividad; sin embargo, es la impulsividad la que me lleva a hacer este tipo de locuras que he hecho este fin de semana y me molestaría muchísimo que alguien, cualquiera, osara interrumpir nuestro fin de semana perfecto. Así que, adiós teléfonos.
Creo que es primera vez que me ves tan callado y es que no quiero que mi estrepitosa voz interrumpa el sonido que nos regala este lugar hoy. Quiero que el ruido de los carros, las campanillas de las bicicletas, las voces entrecortadas y hasta el goteo de la lluvia que empieza a caer, se quede hoy en tu memoria y para siempre. Ya sea que estemos juntos hasta el fin de nuestros días, o que terminemos después de pocas semanas, quiero que recuerdes este día como aquel en el que fui solo tuyo y tú solo mío; el día en que dejé todo de lado y me dediqué a ti solamente; el día en el que me encargué de hacerte feliz y fui feliz yo mismo al ver que lo logré. Quiero que recuerdes no solo los sonidos, sino también las imágenes, las caras de los transeúntes, los colores de las calles y las casas. Colores, colores, muchos colores, que se aprecian bajo una nueva perspectiva debido a las sustancias que en este país son legales.
Observamos cómo pasa el tiempo muy lentamente y las imágenes toman un concepto completamente nuevo. Todo es más intenso y más brillante. Los colores tienen hoy otro tono más brillante y la vida parece ralentizada. Nos sentamos en un banco, muy juntos, con la vista perdida en el horizonte holandés, viendo como el tiempo pasa suavemente ante nuestros ojos, o aunque sea eso creemos en estos momentos…
Una vez en pleno uso de nuestras facultades mentales, es hora de partir a nuestro próximo destino
-¿Adónde vamos ahora?
-Calla y espera. Pensaba que el impaciente era yo.
-También puedo serlo.
-Mal por ti- rio y tú pones cara de pocos amigos.
Nos digirimos a la “Centraal Station”, en el centro de Ámsterdam, donde tomaremos un tren con vía a la ciudad del amor, pero tú aún no lo sabes.
De muchas ciudades en el mundo esta es, quizá, la más célebre, la más nombrada. Creo que justo por eso evité un poco venir hasta acá, aunque al final cedí. Es la primera vez que ambos venimos a este lugar, y al ver a lo lejos la Tour Eiffel, me digo a mí mismo que aquel sabio amigo tenía toda la razón: “Paris sera toujours Paris”.
-Bienvenue, mon amour.
-¡Mierda!
-Al parecer dejaste el vocabulario en Caracas- te reprocho, pero me quedo callado a tu lado mientras veo como tus ojos quieren escapar de sus respectivas órbitas una vez más.
París a las tres de la tarde es hermosa, como debe serlo a las cinco, a las siete y a medinoche.
Caminamos recorriendo vagamente Les Champs Elysées y la Tour Eiffel y L’Arc du Triomphe y muchos otros lugares que son famosos, pero no me importa la historia ni los museos, me conformo con contemplar tu rostro durante todo nuestro recorrido.
Luego de un largo paseo por la ciudad nos sentamos en una plaza cualquiera a tomar una bebida cualquiera, mientras te confieso que me gusta golpearte y así tener una excusa para hacerte cariño luego en donde te golpeé; te confieso que me gusta que te molestes conmigo y así tener una excusa para ser dulce contigo y pedir disculpas; te confieso que me gusta cuando estoy contigo, porque puedo sentirte, pero que me gusta también cuando estamos lejos, porque así puedo extrañarte; te confieso que me gusta cuando hablas y cuando callas; te confieso, además, que me gusta cuando sudas, porque amo el salobre sabor de tu cuerpo; te comento que me gusta cuando tienes frío, porque así tengo una razón para abrazarte; sin embargo, me gusta cuando tienes calor, porque así tengo una mejor razón para desnudarte. Te cuento también que me gusta tu sonrisa y el tono de tu voz; el olor de tus cabellos y el sabor de tu espalda. Te explico que me gustas tú y me gusto a mí mismo cuando estoy contigo, porque calmo un poco mi ansiedad y soy capaz de disfrutar el silencio más prolongado y a la vez puedo armar el escándalo más estrepitoso, simplemente porque contigo me armo de paciencia y la pena es algo que me abandona desde el mero momento en el que te veo. Contigo puedo disfrutar del sol y de la lluvia, del cielo y del infierno, todo al mismo tiempo y en el mismo lugar.
-Son solo algunas cosas que quería que supieras- mis mejillas se vuelven rojas y es que no es fácil para mí decir tanto.
Silencio sepulcral, peor lo disfruto mientras contemplo el acuoso brillo de tus ojos bajo el pálido sol de octubre.
Subimos a lo alto de la Tour Eiffel y vemos París a nuestros pies, con sus estrechas callejuelas y el Sena en esplendor.
-Me gustaría regalarte el mundo- me dices
-¿Para qué quiero el mundo, si con que me permitas habitar en tu mundo soy feliz?
-Eres lo máximo.
-No, ¡qué va! Tú lo eres, al menos para mí.
Mientras culmina la tarde y los rayos del sol agonizante nos iluminan la cara te comento que esta noche hemos sido invitados al teatro y luego a un baile de sociedad, que como idealistas que somos decidimos que será en honor a nuestra visita a la ciudad. Te comento también que ya tengo listos nuestros atuendos y que no debes preocuparte al respecto.
Una vez en nuestra habitación de hotel tomamos juntos una larga ducha y nos ponemos nuestros elegantes atavíos, listos para deslumbrar a la gente. ¡Par de guapetones!
-Taxi!
-Bonsoir, messieurs. Où allez vous?
-Au théâtre, s’il vous plaît.
-D’accord.
En el teatro vemos una obra cualquiera, bastante entretenida, pero no lo suficiente para captar mi atención, estoy demasiado ensimismado viendo tu expresión conforme se desarrolla la obra. Es divertido ver cómo cambia tu expresión según se mueven los artistas y cambian las luces en el escenario, estoy divirtiéndome mucho. Al cabo de un par de horas la obra finaliza y es momento de dirigirnos al previamente nombrado baile. El salón donde se llevará a cabo queda a pocas cuadras del teatro y llegamos rápidamente. Al llegar nos presentan a varias personas y nosotros saludamos de manera cortés y con sonrisas un poco fingidas, ¡la diplomacia nunca está de más! Un mesonero nos ofrece champagne y ambos tomamos una copa y brindamos, por nosotros, naturalmente. Algunas parejas bailan ya en el gran salón y yo he tomado aproximadamente diez copas de champagne, o como me gusta llamar a las bebidas alcohólicas “deshinibidores”. Es hora de bailar. Tomo tu mano y te llevo hasta el centro del gran salón, una vez ahí pones tu mano en mi hombro y yo la mía en tu cintura. ¡Y un, dos, tres, cuatro! Siento algo de calor, ha de ser la champagne, además la música parece ir cada vez más rápido y por consiguiente yo voy dando vueltas más y más rápido… y más rápido… y más rápido… y aún más rápido… y ¡al suelo! Pierdo el equilibrio y caemos los dos de manera estrepitosa. Si seguimos con este ritmo de vida te llevaré en ambulancia a tu casa el domingo. Yo no puedo aguantarlo y suelto una bullosa carajada, haciendo que todos los estirados franceses volteen a vernos en manera de reproche. Nos quedamos un segundo tirados en el suelo, como esperando poder organizar bien nuestras ideas. De pronto llega un señor y nos pide que, por favor, abandonemos el recinto, que no somos ya bienvenidos después de semejante espectáculo. Pues me levanto de golpe y me retiro con la cabeza bien en alto y contigo siguiéndome “¿Qué se habrán creído estos franceses?”
-Lo siento- te digo al salir un poco apenado – Siempre te hago pasar estos bochornos por mi estrepitosa forma de ser.
-No te preocupes, amor. Sé que no te gustan este tipo de cosas con tanta elegancia. Además, mira lo que logré obtener- dices mientras sacas de tu chaqueta una botella de champagne.
-¡Este tipo de cosas de me hacen quererte aún más!- digo sonriendo de oreja a oreja.
-Caminemos, la noche es joven.
Y así empezamos a caminar por las calles de París, mareados y cantando pedazos incongruentes de canciones que conocemos a medias.
“¡Paris la nuit…!”
Dando tumbos a través del largo camino y mojados hasta los tuétanos, debido a la inclemente lluvia nocturna, llegamos al hotel, por demás ebrios. La chica del lobby nos ve y no puede evitar sonreírnos mientras le pedimos nuestra llave, al parecer somos una vez más un par de extranjeros excéntricos con problemas de bebida, eso me encanta. La habitación nos llama desesperada, pero las ganas son demasiadas y no aguantamos a llegar a ella. Al momento de que se abrieran las puertas del ascensor ya estábamos los dos semi desnudos sumidos en un profundo beso. No hace falta describir lo que pasó en la habitación, bastaría con resumir que no hubo lugar en ella que no fuera testigo de nuestra pasión, ni siquiera el balcón…
Esta vez eres tú quien se sumerge en un profundo sueño acostado en mi pecho.
-Buenas noches, terrícola- te digo y tú respondes algo entre susurros que supongo es un “Buenas noches”- Hasta mañana, domingo.
L’Angelček

viernes, 17 de julio de 2009

Viernes

Te busco en tu casa, muy temprano en la mañana. Es un día cualquiera, de un mes cualquiera, de un año cualquiera. Estamos en Caracas, Venezuela. Subes al automóvil y me saludas con un beso en la boca, como es nuestra costumbre.
-¿Adónde vamos?- Preguntas
-Poco importa, de verdad. Sin embargo, ¿trajiste tu pasaporte?- pregunto.
-Sí, como me lo pediste.
-Perfecto, entonces solo debes confiar en mí.
-De acuerdo…
Los primeros rayos de sol despuntan ya en el horizonte, iluminando el húmedo camino. Tú caes en un profundo sueño, lo cual es una ventaja para mí. El viaje es largo, pero no me aburro: Nightwish nunca me deja solo en la vía. Voy tarareando canciones mientras el camino se queda atrás a una velocidad vertiginosa. Pasan algunas horas, sigues durmiendo. “No hay nada más tierno que un ser humano dormido” me digo a mí mismo mientras detallo tu tierna expresión.
Hemos llegado a nuestro destino, mejor dicho: a la primera parada de nuestro destino. Intento despertarte delicadamente. Abres un ojo, luego otro y yo, yo espero con ansiedad tu reacción.
-¡Pero qué carajos!
Justo como lo esperaba. Ya no estamos en Caracas, ni siquiera en Venezuela. Son las 10 de la mañana, de un viernes cualquiera, en un octubre cualquiera, pero no en una ciudad cualquiera; no, no: estamos en la pintoresca y antigua Firenze, en la Región Toscana de Italia. Dejo el auto en un lugar cualquiera, mientras saco de mi bolso un abrigo para ti, porque el clima tropical-pegostoso caraqueño lo hemos dejado atrás. Tus ojos parecen decididos a escapar de sus orbitas.
-Cierra la boca, amor, o harás un charco de saliva a tus pies- digo riendo-Ven, vamos.
-Pero… este, ¿cómo demonios…? No entiendo nada…
-No quiero que entiendas, solo que disfrutes.
Comenzamos a caminar, agarrados de manos. Algunos nos miran y a nosotros nada nos importa, todos están ahí demás, como ese florero en casa, cuya única función es llenar un espacio vacío, mas no es algo relevante. Hoy nadie es relevante, hoy mi mundo eres tú y el tuyo soy yo.
La ciudad es hermosa, como te había prometido. Las calles son de piedra, los edificios son coloridos y antiguos, hay estatuas y fuentes por doquier y el arte se respira en el aire. Es una ciudad de artistas y eso te hace feliz; yo mismo soy feliz por ser quien causa esa sonrisa en tu rostro. Mientras caminamos te cuento que ese de allá es Macchiavelli, el de más allá es Da Vinci y aquel al fondo es Dante. Esto es Ponte Vecchio y aquí estamos en Piazza della Signoria. No podría faltar, claro está, la Galeria Ufizzi y la vista al Arno. Mucho que ver y poco tiempo. Vamos, como siempre, en una carrera y es que bien dicen que el tiempo vuela cuando se está en buena compañía. Caprichoso tiempo.
Es hora de comer, nos detenemos en un bar muy pintoresco con vista al Ponte Vecchio, que divide el Arno, y desayunamos una comida cualquiera. No hay palabras durante la comida, solo una sonrisa intensa y sincera que nos hace entendernos el uno al otro y saber que todo está bien. Luego de comer y quedarnos un rato abrazados en una plaza, es hora de partir y dejar Italia, que es hermosa, pero el tiempo apremia y esto apenas comienza.
Tú eres amante del arte, a mí también me gusta, pero sabes que soy un poco más camionero. Así que nuestro próximo destino es München, Alemania. Porque se acerca mi cumpleaños y siempre he deseado pasarlo en el Oktoberfest, rodeado de bávaros y litros y litros de cerveza. Sí, soy un camionero. Una linda ciudad, con una rica historia. Hoy todo es un alboroto y aunque sabemos que se debe al anteriormente mencionado festival, nos gusta jugar a creer que el alboroto es por nuestra llegada a la ciudad. Entramos en la primera carpa que encontramos, y tu cara de miedo me parte de risa.
-Relájate y disfruta…
-Intentaré…
La carpa está llena de gente que grita y ríe, que comenta sobre el futbol o cualquier otra nimiedad: los enfermos de sida, la gripe porcina, los africanos y la deuda externa. Hoy para nosotros no existen esos problemas, son abstracciones de una realidad triste que no nos acompaña.
Una cerveza, dos cervezas, tres cervezas, cuatro cervezas y qué sé yo cuantas más. Ahora no nos miramos y sonreímos como en el desayuno, ahora nos miramos y morimos de risa. Tenemos las mejillas rojas y nuestras lenguas se volvieron un desastre hace ya horas. No podemos decir ni la palabra más simple, y es que la cerveza nos pegó. Bailamos en la mesa, nos reímos con desconocidos, y ellos con y de nosotros. No los culpo. Somos la atracción principal de la noche: dos extranjeros ebrios que no les importa confesarle su amor al mundo.
Es hora de partir, ya no puedo recordar ni cuantas cervezas tomamos y tu estado es casi tan deplorable como el mío. Caminar no se nos hace fácil: tú me agarras intentando que yo no caiga y yo te agarro intentando que no te caigas conmigo. Pero al carajo todo, como dije previamente: hoy el mundo es nuestro y si me quiero caer, ¡pues me caigo! Dicho y hecho, aterrizamos en el frío suelo, muertos de risa y nos fundimos en un beso apasionado, cálido, perfecto; que dura poco, pues de repente llegan dos policías, una mujer y un hombre y nos gritan:
-Hey, besoffen halten Sie!
-Excusez nous, messieurs. On ne parle pas allemande- Respondo yo con sonrisa idiota y con los ojos llorosos.
-Und wir sprechen französisch- responde la policía.
-Merda, ¿español, italiano?
-Auch nicht.
-But we do speak English, sir. - Respondes tú, recordandome que yo tambien hablo ingles.
-Great! We would really appreciate if you stand up and get the hell out of here. This is not a place to make out.
-We’re sorry. We’re leaving right now… Really we’re sorry.
-It’s ok though. Go now.
Y así nos fuimos tropezando con todo lo que se nos atravesaba en el camino, mientras los policías nos veían y susurraban, entre risas y reproches:
-Par de idiotas extranjeros borrachos.
-Quien sabe, Hans- replica la mujer- quizás es una gran historia de amor.
“Quizás es una gran historia de amor” La verdad es que ¿Quién sabe?...

La habitación de la posada en la que nos quedamos es pequeña y sencilla. Con dos camas individuales, ¡como si de verdad pensáramos en pasar la noche separados!
Te veo con deseo y recibo respuesta positiva de tu parte. Ya no hay tabúes, te deseo sin pudor alguno y tú me deseas a mí. Nos atacamos como dos bestias que pelean por una presa: violentamente. No hay diversión sin un poco de dolor, es por eso que esta noche dejamos la delicadeza a un lado y solo nos dejamos llevar por la pasión asesina que nos embarga y nos hace imposible estar separado el uno del otro. Hacer el amor de manera salvaje siempre me ha parecido la mejor manera de terminar un día ajetreado, al parecer estás de acuerdo conmigo, pues te dejas llevar al ritmo de mi demencia. Luego de aproximadamente una hora, todo termina y me sumo en un profundo sueño, apoyado contra tu pecho, deseando que todo esto sea de verdad y no solo el mejor sueño de toda mi vida.
Hasta mañana, sábado.

Continuará.



L'Angelček

domingo, 5 de julio de 2009

Pensamientos en clases de Artes Gráficas (Fin de la trilogía)


¡Qué me siento como Tolkien escribiendo esto! Hasta me da algo de melancolía, ¡no lo puedo soporta!
Esto viene una vez más inspirado por la cantidad de basura mental que se me ocurre a cada rato y que me llevó a escribir “Pensamientos en clases de Artes Gráficas” y “Pensamientos en clases de Artes Gráficas 2.0”. Esta vez, sin embargo, no lo escribo durante la clase en sí; o sea, esta vez no me perderé la explicación de ningún comando o tecla mientras trabajamos en PAGEMAKER y no maldeciré mi ADOS (Attention Deficit…Oh Shiny!) al momento de poner en práctica todo lo que debería haber aprendido en clases, pero que no lo hice por estar escribiendo en esta vaina. Entonces, aquí vamos:

1. No entiendo como pasé de odiar esta materia con todo mi hígado, a tenerla como una de mis materias favoritas. No porque me interese la materia, más bien porque la profe hacía de lo insoportable algo entretenido.
2. Lo más divertido de este semestre fue, sin duda alguna, el road trip a Valencia, donde vimos como coño trabajan las maquinitas esas que evolucionaron de la imprenta de Guttemberg.
3. Yo pensaba que PAGEMAKER era odiable, pero qué va, el InDesign es demasiado profundo para mí. Prefiero el PAGEMAKER for dummys.
4. Sin ánimos de alardear: nuestra exposición de la imprenta fue la mejor. Las otras eran monótonas y solo hablaban de rotativas. La nuestra, en cambio, tenía a dos idiotas volando por los cielos.
5. Soy jodidamente irresponsable y estoy, como siempre, haciendo todo a última hora: revista y parciales. FUCK.
6. Con esta revista, la profesora pensará que soy un maníaco sexual…. Mejor dicho, lo sabrá.
7. Me mortifica que Negrín piense que soy un stalker por conseguir fotos de ella para mi revista.
8. Viendo los trabajos de los otros grupos, decidí que sus profesores fueron una verdadera mierda y la nuestra fue cool. Pronto le serruchará el puesto a Elisa Martínez y pasará ella a dormir en una cámara hiperbárica.
9. Todos los que vean mi revista sabrán que soy un egocentrista de mierda, ¡GENIAL!
10. Espero, por amor a Tarja, no ver más nunca una materia así. Yo quiero es escribir, no diagramar revistas. Lo único que me gustó de hacerla revista fue redactar los textos.
11. Lo más importante: fue asquerosamente DECEPCIONANTE saber que el botoncito verde que hay en el laboratorio no lanza gas lacrimógeno o llama a la CIA/FBI/CICPC una vez es apretado. ¡Me engañaron!
Y ahora, viendo hacia el horizonte y con un dejo de melancolía, L’Angelček pone punto final a esta historia que comenzó un frío día de marzo a la 1:00pm, mietras lo azotaba un inclimente dolor de cabeza, producto de haber estado tomando la noche anterior. Hoy el dolor de cabeza se lo inflige su propia revista.

Au revoir, terrícolas.
L’Angelček
PD: Creo que sí paso casi liso a tercer semestre. Maldita Estadística.

martes, 30 de junio de 2009

Reflexiones sobre el sexo

El sexo es algo que vemos hasta en la sopa, más que todo por eso de que el sexo vende y puedes ver insinuaciones sexuales hasta en comerciales de cereales; por tanto, opino que hay un mal uso del término, opino que se ha confundido su significado. Diez reflexiones sobre el sexo:

1. El sexo es para disfrutarlo, basta de complejos.
2. El sexo no tiene número “Entren que caben cien”.
3. El sexo no es amor: el sexo es sexo y el amor es otra cosa.
4. Se pueden dar demostraciones afectuosas a través del sexo, eso sí.
5. El sexo con amor es excelente, y sin él también.
6. La monotonía es tan mala como la falta de sexo; es decir, la monotonía es la primera enemiga del sexo y por lo tanto hay que combatirla.
7. El sexo oral, como la masturbación, no es ni ninguna aberración. Es como el habla: la puesta en práctica de la lengua.
8. La protección es parte fundamental en el disfrute posterior del sexo.
9. El sexo es, en cierto modo, una manifestación de nuestro YO interno que no siempre dejamos ver, ese YO que no todos conocen y que solo sale a flote bajo algunas circunstancias.
10. Lo más importante: SEXO no es la respuesta, SEXO es la pregunta y SÍ es la respuesta.

Au revoir, terrícolas.
L’Angelček



PD: Haced el amor y no la guerra.

jueves, 11 de junio de 2009

Se potesse fermare il tempo, in quale momento lo farebbe?

“¿Si pudiera parar el tiempo, en cual momento de su vida lo haría?”

Esta entrada viene inspirada por una pregunta de una prueba de italiano que presenté hoy. La pregunta es justamente el título del post y la traducción se encuentra entre comillas.
La respuesta a esta pregunta es bastante difícil, principalmente porque no es que haya vivido mucho tiempo, o sea tengo solo diecinueve años; también porque no creo que detuviera el tiempo, aun si pudiese.

Siento que si detuviera el tiempo dejaría de vivir muchos momentos bonitos, dejaría de conocer muchas personas interesantes; dejaría de descubrir la respuesta a muchas interrogantes, que hoy en día están en mi cabeza armando un torbellino. Perdería la emoción de tratar de mejorar en algún modo. Dejaría perder miles de enseñanzas.
Obviamente he vivido muchas cosas que me gustaría revivir, he estado con gente que me gustaría volver a ver; por ejemplo mi madre y mi mejor amigo, Carlucho. Pero, su recuerdo vivirá siempre latente en mi corazón. Por tanto no siento necesario detener el tiempo.

También extraño muchas otras cosas, como mi infancia, cuando no sabía lo que era el stress, la gente maldita, mi vida libre de vicios, mi vida libre de relaciones infructuosas… También están los errores cometidos, pero de todos ellos aprendí algo, aunque no siempre pongo todo eso en práctica.

Entonces, no. No detendría ningún momento de mi vida, aun si pudiese.

Quiero vivir cada minuto, aunque el presente no exista y sea solo una abstracción.

"No llores porque ya se terminó... sonríe, porque sucedió."
— Gabriel García Márquez


Au revoir, terrícolas. No detengan el tiempo, aprovechenlo.

L’Angelcek.

domingo, 7 de junio de 2009

Un lindo domingo.....

“El domingo es el día de la semana entre el sábado y el lunes*. Es el séptimo día de la semana oficial en los países de tradición hispana o el primer día de la semana litúrgica en la tradición cristiana, y también lo es en otras tradiciones culturales. El domingo es considerado un día feriado o festivo en la mayoría de los países del mundo y es parte del fin de semana. Solamente países influenciados por la cultura islámica o judía tienen el viernes o el sábado como el día feriado semanal.
El calendario gregoriano se repite cada 400 años, y ningún siglo comienza en domingo. El año nuevo judío jamás cae en día domingo. Cualquier mes que comience en domingo tendrá un viernes 13.”
Tomado de: Santa Wikipedia, patrona del conocimiento enciclopédico y mayor enemiga de Lulú Giménez.

Entiendo que Dios quiso hacer del domingo un día de descanso. Bah, eso ni siquiera lo hizo Dios, fue otra de las cosas truculentas del vaticano o qué sé yo. El punto es que yo ODIO/DETESTO/ABORRESCO los domingos. Son el peor día de la semana.
¿Por qué los detesto? Muy fácil:

1. Nadie hace nada los domingos porque si es triste estar en casa un domingo, generalmente es más triste salir un domingo. Esto se debe a la gran cantidad de familias felices que salen los domingos a pasear y TODO está lleno.
2. Los domingos no pasan nada bueno en la TV (Como si yo viera TV).
3. Los domingos egOmanía no actualiza nada y no tengo cosas divertidas para leer.
4. Los domingos el hijo de puta del kiosco cierra temprano y no me da chance de comprar dulce para matar la ansiedad.
5. Los domingos como PEOR que de costumbre porque nadie hace nada en mi casa.
6. Los domingos Factbook no te manda notificaciones buenas. (Quizás porque paso desde que despierto hasta que me duermo en la compu)
7. Los domingos no me dan ganas ni de fumar, pero igual fumo.
8. Si un domingo se te ocurre invitar a alguien a salir probablemente este alguien tiene algún tipo de almuerzo familiar y te deja solo en tu triste soledad.
9. De todas maneras, los domingos da fastidio salir. (¿Quién me entiende?)
10. Odio los domingos porque me gusta estar en la universidad golpeando a Jatnna, fastidiando a Jatnna, manoseando a Jatnna, comiendo moco con Jatnna, haciendo planes de conquistar el mundo con Jatnna, obstinando a Jatnna, creando Jatnna-chistes con Marco y Gabriela; y los domingos NO VOY A LA UNIVERSIDAD. FUCK.
11. Es que ni siquiera voy ya a casa de Zio Franco o Zio Vicente con mi mamá. Eso hasta era divertido, un domingo.

¿Por qué soy tan gallo?


Recordatorio para el siguiente domingo: Debo tomar desde las 7:00pm de la noche del sábado hasta las 7:00am de la mañana del domingo y, además, tomar algunos somníferos para no despertarme hasta el lunes. FUCK.

Au revoir, terrícolas. Feliz domingo. (Sí, amo el sarcasmo)
L'Angelček



* DUHHHHHHHHH

jueves, 28 de mayo de 2009

Moi, je suis retourné!

Hoy he vuelto luego de algunas semanas de ausencia en mi pequeña ventana de realidad virtual simulada. Semanas en las cuales viví un huracán de emociones con las que aprendí dos cosas fundamentales:

1. Sí puedo llegar a estar entregado a una relación.
2. Muchas personas son necesarias mas jamás indispensables.

Aprendí que debajo de mi coraza irónica de frialdad y ego existe una persona capaz de enamorarse de alguien, profundamente. Aprendí que no estaba tratando de alargar una relación ideal, estaba alargando el fin de la misma, y eso no sirve. Aprendí a permitir que algo me afectara realmente porque, de hecho, tengo sentimientos y mi hedonismo es bastante particular: puedo encontrar placer y plenitud en el placer de otros (Y no hablo solo de sexo).

Aprendí que el existencialismo es algo con diversas aplicaciones: al igual que no es lo mismo ser que estar, ser parte de una relación no es lo mismo que estar en una relación. Ser parte de ella va mucho más allá que un simple estar.

Corroboré que tengo los mejores amigos del mundo, que están conmigo aun cuando m e vuelvo un niño emo insufrible.

También vi que de verdad nadie es indispensable, que el mundo no se detendrá por mi malestar, que quien ayer era parte importante de mi vida hoy es simplemente un recuerdo del pasado.

Vi con mis propios ojos la desolación, sentí dentro de mí la ansiedad y la paranoia, cargué en mi espalda el peso de la decepción. Pero, surgí airoso de todo ello, como el más gentil de las aves fénix. Con ayuda de las personas que me han demostrado ser mucho más que simples amistades pasajeras.
Logré entender que la vida te tumba, pero a la vez te da las herramientas para levantarte y sonreír.

Seguí consejos de “No idealizar” y luego de hacerlo me di cuenta que ha sido una de las cosas más sabias que me jamás me hayan dicho. Gracias, Sol.

Descubrí que en algo, esa persona, sí tenía razón y es que, por más disfuncional que sea, la estabilidad no está mas que en mí mismo. Todo aquel no sea yo no puede darme estabilidad, aunque pueda influir en ella de forma significativa.

Hoy soy una persona nueva, con bastantes aprendizajes que poner en práctica.

Entonces, cerramos el telón, limpiamos todo el desastre y abrimos un escenario nuevo con “Otra historia que contar”. Siempre con mis fieles amigos y con gente nueva que valga la pena. Hay que deshacerse de la gente que no me aporta nada.

Agradecimientos especiales: Javier, Jatnna y Janeth (Mi trilogía de las JA) también a Angel, Daniel, Briella,Sol, Érika y mis otras putas. A Adrián, por supuesto. Helena y Marcy. Y, naturalmente, a Matías y Ada. Gracias y un fuerte abrazo.

Au revoir, terrícolas. Je suis retourné!

L’Angelček.

PD: I’m into a winner. As it should be, of course.
PD2: Sebastián, la segunda parte y el “LETIMUNDO” vienen en camino.



domingo, 10 de mayo de 2009

ALTEREGO: Elogio a la locura. Narraciones de Sebastián.

Bienvenidos a una nueva fase de mi blog. Se llama ALTEREGO. Me Dio de repente por crear personajes y dejar de escribir toda la basura sentimental que he escrito últimamente. Entonces, hoy les presento a mi primer personaje: Sebastián. Una persona bastante peculiar.




“Hola. Me llamo Sebastián y estoy loco. No, no digo que estoy loco por estar a la moda y decir que soy loco porque me emborracho los fines de semana, me tiño el cabello y soy irreverente. Si al caso vamos la irreverencia no existe, solo existe una copia de quienes fueron irreverentes en épocas pasadas.

Estoy loco, de verdad lo estoy. Mi mente está llena de demonios que jamás me abandonan, se muestran como voces. Voces que me dan órdenes, que me aconsejan y que me desesperan. Las odio y a la vez las amo, a ellas, mis voces. No puedo amarlas porque gracias a ellas estoy como estoy… LOCO, pero ¿Cómo odiarlas? Son las únicas que jamás me han abandonado. Para bien o para mal ellas están siempre ahí, omnipresentes.

Tengo 22 años y no he ido a la universidad. Me gradué a duras penas de bachiller cuando tenía 20 años. Mis estudios se vieron comprometidos por mis temporadas en clínicas psiquiátricas. No creo que algún día vaya a la universidad. Soy un peligro para la sociedad, lo cual es paradójico porque vivo en una sociedad bastante peligrosa por sí misma.

Soy joven, bastante joven y, sin embargo, aparento muchos más años de los que tengo. En este mundo de la locura la vejez y el desgaste tienen un efecto más fuerte que en los cuerdos. No hay nada que más desee un loco que poder pasar desapercibido.

No tengo amigos. Parece que no le agrado a nadie o es más bien que nadie se atreve a hablarme porque suelo atemorizar a las personas. Lo más cercano a amigos que he tenido han sido mis compañeros de las diversas clínicas donde he estado recluido. A algunos los recuerdo con cierto aprecio.

Jamás tuve amigos, ni siquiera cuando era pequeño y asistía al colegio. A las madres no les gustaba que sus hijitos me hablaran o socializaran conmigo. Eso es, de hecho, una de las razones por las cuales mi familia empezó a odiarme. Gracias a mí la gente empezó a hablar de mi trastorno como una enfermedad del grupo familiar y no mía solamente. Nunca he tenido nada propio, ni siquiera mi trastorno mental. Tampoco tengo un juicio propio, todas mis acciones están en gran medida condicionadas por mis voces, que me dicen que debo y no debo hacer. Triste.

Hablando de mis voces, las escucho desde que tengo memoria. Antes eran mucho menos fuertes, claro, pero aun así estaban ya desde que yo era muy pequeño.

Cuando cumplí 17 años fui internado por primera vez en una clínica psiquiátrica debido a un percance donde casi mato a un compañero de clases porque me arrebató un cuaderno. A partir de ahí me diagnosticaron esquizofrenia. Fue un golpe duro para mi familia, que, aunque nunca me quiso mucho, tenía la esperanza de que pagando una clínica costosa me curaría rápido. No fue así. Todo el problema de mi esquizofrenia fue un golpe duro para mi familia que intentaba como fuera posible ser normal. Yo ya olvidé el concepto de normalidad, es decir mi normalidad es diferente a la de todos ustedes.

He estado hospitalizado en 3 sanatorios diferentes. La primera vez fue a los 17 años, luego del incidente con mi compañero de clases. El sanatorio de llamaba Saint Rémy. Sí, Saint Rémy, igual al que ese famoso pintor holandés asistió por un período de tiempo. Van Gogh es que se llamaba, ¿no? En ese sanatorio intentaban, además de “curar” a los locos, incluirlos en clases magistrales de arte, música, pintura, danza. Algo muy loco de verdad, generalmente las clases de pintura terminaban siendo una explosión de colores debido a la alterabilidad de los pacientes y el poco tacto del personal “especializado”. Siempre pensé que esas clases lo que hacían era desestabilizar mentalmente a los pacientes, es decir, desestabilizarlos aún más. Recuerdo haber visto surgir unos cuantos Jesucristos y Napoleones en ese hospital.

Nunca fui bueno en ninguna de esas clases. Solo he sido bueno para tres cosas en mi vida: leer, escribir y causar problemas. En esta última me destaco.

Empecé a tomar medicamentos en Saint Rémy, recetados por un psiquiatra y administrados por enfermeras. Aún hoy tomo miles de pastillas, es imposible que las deje algún día. Tomo antipsicóticos, para la esquizofrenia, pero estos me hacen un daño progresivo en los riñones, por lo tanto tomo diuréticos, que me causan hipertensión, tomo medicamentos para la hipertensión. Sufro de migrañas, entonces tomo triptanes, que me crean nauseas y deben ser tratadas con otros medicamentos. Además sufro de períodos de depresiones que deben ser tratados con antidepresivos, somníferos y en algunos casos medicamentos para no perder el apetito porque generalmente termino en un estado de anorexia nerviosa. Tomo medicamentos para los medicamentos.

Estoy bastante jodido para ser solo un joven que podría estar emborrachándose todos los fines de semana en los bares más famosos de la ciudad. Si tan solo fuera normal…

Jamás he tenido una novia, nunca me han dado un beso, nunca he escuchado un “te quiero”. Solamente he escuchado “Compórtate, Sebastián”, “Trata de parecer normal, Sebastián”, “No hagas eso, Sebastián”, “Toma la maldita pastilla, Sebastián”. Sebastián, Sebastián, Sebastián, Sebastián, al parecer mi nombre se ha convertido a través del tiempo en un arma para reprenderme. Sí, ya Sebastián perdió el significado que tenía y ahora parecer ser solo un sinónimo de “Loco de mierda, Sebastián”.

A veces me pregunto si este hombre que mencioné antes, Van Gogh, habrá sido también esquizofrénico. ¿Le habrán dicho sus voces que pintara? Tengo entendido que él pintaba compulsivamente, yo escribo compulsivamente todas las ideas dispersas y sueltas que tengo en la mente. He llegado a escribir en paredes completas, servilletas, paños, folletos, etcétera. Yo creo no estar tan jodido como él, aunque sea tengo orejas… por ahora.

No sé por qué escribo todo esto… ya olvidé mi idea. Ah sí, ya recuerdo: planeo morir pronto y no quería que mi vida pasara en completo secreto.

Por hoy no tengo más nada que decir, pronto volveré.”



Sebastián

miércoles, 6 de mayo de 2009

Una fábula

No hay nada que más me hiera que una sonrisa forzada… ¿Para qué sonreír con los labios si tus ojos están tristes?

No hay nada que más moleste que una presencia inquieta, que debilita mis defensas.
Cuando estoy adentro y fuera de la habitación… ni a derecha ni a izquierda…
… en las riveras del rio que sueño nítido, nítido.

Lo eterno de tus palabras, esparcidas.
Quiero escribir “Tú” en una hoja sin nombre.
Quiero contar una historia transparente.
Quiero olvidarme del vacío que tengo en el estómago desde hace días.

No hay nada más extraño que el normal silencio de reflexión, cuando el viaje acaba.

Somos todos ingratos. No sabemos ser delicados sin decir “amor” y pensar en la muerte. Nítido, nítido.

Quiero escribir “Tú” en una hoja sin nombre.
Quiero contar NUESTRA historia transparente.

Sin jamás contar las páginas,
Sin jamás preocuparnos por el FIN.


jueves, 30 de abril de 2009

Música para ti, para mí y para nosotros.

No sé en qué momento me volví tan cursi.
¿Hay algo más romántico que dedicar una canción?
Pues aquí te dejo una lista de frases específicas de canciones que me recuerdan a ti.

“…Porque contigo las horas se vuelven migajas y los segundos se estancan entre tus palabras no necesito mirarte para soñarte y ni siquiera besarte para sentirte”. Líneas Opacas- Cindy López.

“Somos dos en una lágrima, como un sol y una estrella, luces que caen de los ojos al crepúsculo de mi tierra. Un nuevo día” Háblame- Elisa.

“Enséñame a escuchar tus labios, a leer el sol. Llévame a dónde los sueños fabrican tu voz” Pensando en ti (Refrito en españoleto de Dust in the wind)- Mägo de Oz.

“Ho presso la chitarra. Il tempo d’imparare non l’ho en non sò suonare, ma suono per te” La prima cosa bella- Nicola di Bari

“Stay with me a while, rise above the vile. Name my final rest, poured into my chest.” Harvest- Opeth

“S’il fallait pour te plaire t’écouter chaque nuit, et quand tu parles d’amour j’en parlerais aussi” Et s’il fallait le faire- Patricia Kaas

“sleepwalker seducing me, I dare to enter your ectasy. Lay yourself now down to sleep, in my dreams you’re mine to keep” Sleepwalker- Nightwish
Acotación: esta canción me pone horny.

“If you seek amy” La Zorra xD

“Work your magic I never wanna loose this feeling…” Work your magic- Dmitry Koldun.

“Hai scritto me su un foglio senza nome e hai raccontato una storia trasparente” Favola-L’Aura.
“Voulez vous coucher avec moi, ce soir?” Lady Marmalade- Un poco de “divas”.

“Y por las noches puedo sentir su calor, su dulce magia me hace perder la razón, y de mis sueños creo que un día escapó para esconderse dentro de mi corazón.” Aún estás en mis sueños- Rata Blanca.

“Nothing can stop us, not now, I love you” Not gonna ge tus- Tatu

“Y a la mierda con el armario y el diván, si hay que luchar, luchar es educar.” El que quiera entender que entienda. Mägo de Oz

“Libre, eres libre como el pensamiento que sopla tu alma hacia la eternidad.” Libre- Metempsicosis.

“I would trade my life for a night with you, driven by desire.M ake that move on me, it’s time for you to see that my world’s on fire!
Shake, shake, shake,shake, shake it mi amor, Crazy for love Give me some more” Shake it- Sakis Rouvas
Nota: creo que ya fui lo suficientemente explícito.

“Je veux te voir dans un film pornografique, en action avec ta bite…” Je veux te voir- Yelle.

“Oh please, say to me You'll let me be your man, and please, say to me You'll let me hold your hand, You'll let me hold your hand,
I wanna hold your hand” I want to hold your hand. The Beatles.

“I write on paper, erased away. Still I sit in Diner City Light drinking coffee and reading lies turn my ehad and I can see you, could that really be you?
Shy- Sonata Arctica.

“¿Cómo saber que vería la luz al anocher? ¿Qué puedes tocar el cielo con tan solo levantar tus brazos? ¿Qué ibas a parecerte a una de las tantas estrellas en el cielo? Un corazón…. Y si lo niegas te lo vuelvo a repetir que significas mucho para mí. Que como dijiste las estrellas necesitan al sol para vivir.” Solo tú- Cindy López.

Cualquier duda idiomática, pregúntame. Te amo
Au revoir, terrícola.



PD a mis otros queridos lectores: últimamente ando tan comeflor, tralalà.

domingo, 26 de abril de 2009

Hoy quiero escribir, ¡tralalà!

Hoy quiero escribirHoy quiero escribir porque no tengo nada mejor que hacer.
Quiero escribir porque rechacé la invitación al Indie Karaoke y ya no sé qué hacer con mi noche de sábado.
Quiero escribir porque tengo abandonada a la gente que le gusta la basura que escribo acá.
Quiero escribir porque la canción que escucho me inspira.
Quiero escribir porque ya estoy en mi último trimestre de italiano.
Quiero escribir porque “Un posto nel mondo” me hizo sentir demasiado identificado con Michele.
Quiero escribir porque me gusta.
Quiero escribir porque no sé donde mierda está Andrés.
Quiero escribir porque mi cariño por Steinhold se ha incrementado mucho estas dos últimas semanas.
Quiero escribir porque tengo frio, porque me niego a cubrirme, porque quiero sentir mi piel erizada por el viento helado.
Quiero escribir porque anoche fue una noche mágica.
Quiero escribir porque hoy llamé a Angel.
Quiero escribir porque es más divertido que sacarme un moco.
Quiero escribir porque hoy hice cup-cakes con Déborah.
Quiero escribir “Tú” en una hoja sin nombre.
Quiero contar un cuento.
Quiero que alguien me vuelva a tomar en cuenta para el próximo “Cuenta Cuentos UCAB”.
Quiero escribir porque tengo un déficit de Carlucho y daría un testículo por poder conversar con él cara a cara.
Voglio scrivere in italiano.
Quiero escribir porque quiero tener otra sesión con mi psicólogo, Janeth.
Quiero escribir porque, ya que a veces me cuesta hablar- chiste interno- , escribiendo me expreso mejor. Tengo más control de lo que digo.
Quiero escribir porque quiero ser periodista.
Quiero escribir porque extraño a Javier.
Quiero escribir porque raspé un examen de estadística.
Quiero escribir porque Jatnna es lo máximo.
Quiero escribir porque Déborah es la mujer más hermosa del mundo.
Quiero escribir porque quiero leer.
Quiero escribir porque hoy mi ex tuvo otro de sus arranques de “she’s mine, bitch” HA HA.
Quiero escribir porque quiero arrancarle una sonrisa sincera a alguien.
Quiero escribir porque hoy fue aparatoso escaparnos de Plaza Venezuela.
Quiero escribir porque ayer conocí a una chica prematura, que me encantó.
Quiero escribir porque las clases de Artes Gráficas han sido tan normales que ya no provocan conductas homicidas en mi persona.
Quiero escribir porque me enteré de que “bizarro” no significa raro.
Quiero escribir porque los jodidos cup-cakes me tienen empalagado.
Quiero escribir porque tengo dos libros a mitad.
Quiero escribir y contar una historia transparente.
Quiero escribir porque el silencio me agobia.
Quiero escribir porque extraño ir a un toque.
Quiero escribir el pecado más dulce.
Je veux écrire en français.
Quiero escribir porque Gretchen es sexy.
Quiero escribir porque Marcy y yo somos unos duros.
Quiero escribir porque Helena ebria es, aún, más hermosa.
Quiero escribir porque Elena no viene este año.
Quiero escribir porque Victor es RECIA.
Ya no tengo más basura que escribir.
Ah sí….. ¡Amo a Sofía!

jueves, 26 de marzo de 2009

Pensamientos en clase de Artes Gráficas 2.0 (Laboratorio)

1. ¡Santa madre de Dios! ¡Usaremos los ordenadores!
2. ¡OMG! El mío, de hecho, sirve.
3. ¡Sucristo! Puedo buscar foticos bonitas en internet para hacer un trabajo.
4. Mon dieu! Esta foto de Holopainen está arrechísima.
5. La cara de Jacinta me da orgasmos de risa.
6. ¡Ohhhhhh!
7. Jacinta pone cara de niña huérfana.
8. ¡Ohhhhhh!
9. Me pregunto cuales serán las “Propiedades de Marco”.
10. La profe se compadeció de Jacinta.
11. (A Coro) ¡Ohhhh!
12. ¡Merda! Cagué una hora de trabajo en menos de 5minutos, sono bravo!

Au revoir, terrícolas.

PD: Este debe leerse de último, el de abajo (léase Pensamientos en clase de Artes gráficas 2.0 TEORÍA) es el primero.

Pensamientos en clase de Artes Gráficas 2.0 (Teoría)

1. Yo pensaba que era irresponsable por terminar la retícula 10 minutos antes de la clase; qué va, soy súper responsable, la mayoría del salón está aun cortando vergas.
2. Esta clase es divertida, los sumerios/egipcios/romanos eran unos duros. Romanos= italianos de hoy en día, muahahahahaha.
3. Esta vez comí, bebí e hice pipí antes de entrar a cases.
4. ¡Oh por Dios! Esa verga es una “A”.
5. Carmela se ve más emo con esa colita.
6. Mi retícula da miedo a mis queridísim@s compañer@s de clase, muahahahahaha.
7. Maldición, no tengo aguante, ya quiero hacer pipí.
8. Gabriela nos miró feo por nuestros chistes de “desordenes alimenticios”.
9. Carmela tiene un ataque de risa por Gabriela y se ve más viejo.
10. ¡Yuju! Ahí vienen más trabajos con papel reciclado y nuestras creativas mentes.

Redordatorio: mi blog es el más fiel testigo de mi bipolaridad universitaria.

sábado, 21 de marzo de 2009

Destinatario tácito

Hola Filocha, hace ya un año que no te veo y debo decir que te extraño. Te escribo porque quería contarte como ha sido todo desde que te fuiste.

Los primeros meses fueron bastante duros, soportar gente dándome condolencias y dejar atrás todo lo que sentía que era mío para mudarme a otro lugar no fue fácil, sin embargo soy duro y lo soporté pacientemente, aunque con unos buenos ataques de ira y de romper cosas, tú me conoces, sabes que a veces pierdo el control de las cosas.

Poco más de un mes después de tu partida empecé a estudiar italiano, hubiera disfrutado tanto hablándolo contigo y tener conversaciones en tres idiomas a la vez como solíamos hacer cuando nos sentíamos superiores al resto de la gente en los ascensores. La profesora es estupenda, napolitana, se parece muchísimo a Gianna y hemos logrado crear una bonita relación profesora-alumno con bastante confianza y entendimiento. Soy, sin ánimos de alardear, el mejor promedio del salón y además soy el más joven de mis compañeros. A veces siento que mis compañeros me odian porque nunca hago un coño pero entiendo todo.

Llegué hasta el cuarto trimestre de francés y me tuve que retirar hace poco porque el horario en la universidad me quedó horrible, luego te comentaré más de la universidad.

Puedo decir entonces que estoy trabajando en nuestra antigua y más grande ambición: que me convirtiera en políglota. Debo decir que me va muy bien.

Te mencioné el parecido de mi profesora de italiano, Matilde, con Gianna y debo comentarte que Gianna se divorció. Me enteré como en agosto y fue que si la noticia del año. Se mudó con la niña y Noni a otro apartamento más cómodo. Fui a visitarla dos veces el año pasado y creo que no me creerás lo que hicimos: nos caímos a curda hasta morir, no creo que en tus más alocadas pesadillas hubieras imaginado que Gianna me tendría que cargar por 5 pisos de escaleras porque estaba inconsciente. Ese viaje fue muy productivo, siento que ahora se divierte más que antes y sé que te alegrarías por ella.

Gianki, ¡oh el pequeño Gianki! Está en su curso de cocina, está cocinando muy muy bien. Está gordo como una vaca, pesa como 80kg. Tiene la misma novia desde hace un año, eso nos ha conmocionado a todos, quien creería que él se enseriaría así. Rarito el muchacho.

Ya no somos hermanos, somos amigos. Andamos juntos para arriba y para abajo y su opinion es imprescindible en el 90% de las cosas que hago. Creo que al fin entendimos lo que nos decías que él y yo seríamos lo unico que tendríamos una vez que tú no estuvieras. Odio admitir que siempre tuviste la razón, pero así es. A veces él es el único que me escucha sin juzgarme.

Mi papá sigue igual, no ha habido cambios significativos en él. Se arrecha de un momento a otro y a los cinco minutos anda feliz como una lombriz. Se comporta a la altura, sé que no estarías decepcionada de él.

Sujay está embarazada, sí, tendremos una hermanita por la cual todos estamos emocionados, aunque siendo sinceros no me convence el nombre que eligieron, intentaré sonsacarlos para que le pongan uno más bonito.

El año pasado, en agosto, nos fuimos de viaje por tres semanas los 4 juntos, pasamos tanto tiempo juntos que nos dio chance de arrecharnos con todos, reírnos, estar alegres, estar obstinados, tener ansias homicidas… en resumen, siento que había veces que mi papá quería dejarme en medio del camino y yo a veces tenía ganas de que me dejaran en la mitad del camino. Fuimos a Margarita y a La Gran Sabana, es muy bonito eso allá, aunque cada centímetro cuadrado de mi cuerpo estaba picado por exóticos mosquitos, quería morir.

El país sigue igual, si no peor. Chavez perdió la reforma pero ganó la enmienda. Ese coñoesumaai ya no encuentra como jodernos. Me alegra que ya no estés para vivir estos traumas, se te subiría la tensión si ves los desastres que se comenten en Venezuela y alrededores. Aunque sea el dueño de tus sueños húmedos, Capriles Radonski, es ahora el gobernador de Miranda.

Las 400 madrinas que me pusiste cuando nací están, casi, todas bien. Vi hace poco a Lucy porque mi tío José María murió, me sentí muy mal por eso, era un hombre genial, pero ya estaba muy mayor.

Creo que de tu círculo social siguen todas iguales: locas y gritonas como buenas profesoras, son todas geniales. Ah por cierto, hoy me contaron que Omaira soñó que se había vuelto loca, creo que ese sueño se le volvió realidad hace como 90años. La gente es rara.

¡De mí hay tanto que decir! Empecemos…

Aprendí, por fin, a manejar y ahora el carro que solía ser tuyo es mío. Lo primero que hice fue quitarle la horrible banderita que te antojaste en ponerle hace tiempo, lo siento pero no es mi estilo. El carro me lleva a diario de la casa a la uni y de la uni a la escuela de idiomas y de la escuela de idiomas a la casa, en eso se basa mi jornada. De vez en cuando me voy de rumba y me llevo el carro, aunque trato de evitarlo por la salud mental y cardíaca de Elvis, sabes que es medio nervioso él. Pero en mi opinión manejo bien, heredé, entre otras, todas tus mañas al volante, por ejemplo si alguien me hace cambio de luces para que me quite me encabrono y bajo la velocidad “¡pasa por encima si te da la gana, cabron!” pero que nadie ose interferir en mi camino y vaya lento porque me pongo como un energúmeno y le grito de taxista pa’ abajo. Nunca dejo que el tanque de la gasolina baje a menos de la mitad de su capacidad y nunca me estaciono al aire libre. Todavía no entiendo por que jamás le pusiste aire acondicionado a esa verga, estoy tan flaco es de tanto que sudo en las colas.El carro se comporta, pero se le ha jodido de todo un poco, los gastos de automóvil son cortesía de Elvis.

Oh sí, comencé finalmente la universidad. Comunicación Social en la UCAB como ya sabías. Me encanta, me siento bien con mi carrera (HUMANISTA HASTA LA MÉDULA, COÑO) tengo un grupo de amigos muy diverso y genial, su máxima representante se llama Jatnna y sé que la amarías porque es la vaina mas cuchi que existe, además está loca y es inteligente. Tambien resaltan Gaby, Bárbara, Erika, Adriana, Heli, Karen y Vanessa. Ah sí, olvidé decírtelo, estudio con millones de mujeres, creo que eso complementa el bachillerato casi que prácticamente masculino.

Tengo nuevos amigos pero conservo la mayoría de amigos a quienes conciste y a quienes tratabas mejor que a mí hhahahahaha. Carlucho, Erwin, El Portu, Mamiel y Déborah siguen siendo mis amigos, Angel también, obviamente, y él me dice que debo pedirle la bendición porque él fue tu último novio, ¡no respeta ese cabrón! Además de ellos tengo nuevas adquisiciones amistosas, muy valiosas por cierto, Javier es el top de ellos, lo amarías, es súper inteligente y agradable. Por alguna extraña razón estamos conectados a través de la esposa de su hermano y Desirée que son primas por parte de de Don Enrique, pequeño mundo.

Ya te dije que empecé a estudiar italiano y lo hablo bien, disculpa que sea repetitivo pero sé que eso te haría sentir, más, orgullosa. Me sigue dando un tic nervioso cuando escucho a un romano, no me agradan.

Me agrada cuando tus amigos/familiares/conocidos me recuerdan el gran parecido que teníamos tú y yo, de verdad somos idénticos. De físico conforme crezco me parezco más a ti, hasta los ojos se me han aclarado un poco más. Supongo que a los 40 serán verdes como los tuyos. Soy igual de mañoso, me quedaron todas tus molestas mañas por las cuales vivíamos peleando. Ah, tampoco me puedo quedar callado, tanto que me burlaba de ti por eso y últimamente le armo conversación hasta a la corteza de los árboles. También exagero un poco todas las cosas, aprendí que así las historias se hacen más interesantes.

Desde que te fuiste he leído aproximadamente 12 libros, sé que te encantaría discutir conmigo sobre ellos, a mí también me encantaría, pero ¿qué podemos hacer? La vida es caprichosa.

Algo un poco menos agradable quizás es que desde que te fuiste perdí la poca fe en eso que llamamos iglesia que me quedaba, ya simplemente me conformo con intentar tener fe en la gente.

Desde que te fuiste creo que crecí un poco, y adelgacé bastante. Estoy pesando poco más de 65kg últimamente. Déborah me tiene un hijo hecho con que tengo que engordar.

Otra cosa, he dejado de vestirme siempre de negro. Compré ropa colorida: azul, violeta, marrón.

Es hasta divertido ver el cambio que ha surgido en mí, soy ahora más racional y menos idealista. A veces pienso que eso es triste, me gustaba el mundo irreal fantástico donde vivía antes, ahora soy más un hombre con responsabilidades y que hasta medio aprendió a cocinar y a hacer funcionar la lavadora. Ya no estás tú y ahora yo me hago mis propias cosas, nadie tiene tiempo aquí de hacérmelas. No es del todo molesto a decir verdad. El punto es que pasé de ser un inútil a…. uhmmm bueno a alguien un POCO más útil (El 90% de las peleas de mi papá conmigo se basan en este punto).

A veces me gusta mirar las estrellas y pensar que desde allí me ves, puede sonar ridículo pero soñar no cuesta nada. Creo que al fin y al cabo no soy tan maduro o simplemente no he perdido del todo la fe.

Ahora tú, cuéntame ¿Todo bien?

Te amo.

Au revoir, mère.


Angelo.

PD: Esta es la foto más hermosa que jamás nos tomamos juntos, en el viaje más hermoso que jamás he hecho.

PD2: Olvida eso que dije en algún momento de irme por comunicaciones publicitarias, me voy por periodismo, trabajaré en Globovisión y el gobierno me tendrá perseguido, muahahahahaha.