jueves, 3 de diciembre de 2009

Día carpichoso

Hoy es uno de esos días en los que quiero dejar el vago estar y empezar a ser. Quiero dejar todo lo malo a un lado y por, al menos, un día olvidarme de todo y evitar el dolor.

Hoy quiero salirme ruidosamente de esta absurda clase y hacerle entender al profesor que simplemente es un frustrado; acostarme en la grama y ver las nubes mientras mi espalda yace en la fría hierba.

Hoy sería el día perfecto para que el cielo estalle en lágrimas de dulce lluvia; para correr bajo las frías gotas en su compañía y darle un beso húmedo; para que al detenernos por el cansancio sean nuestro temblor corporal y nuestros pezones duros el único indicio del frío que nos invade.

Quiero, hoy, dejar de contar anécdotas a un ordenador verdaderamente vacío y poder contarlas a una persona de carne y hueso: Carlucho. Mientras disfrutamos de una copa de vino y dejar que la charla siga por horas y horas hasta que nuestros cerebros trabajen con mucha menos velocidad y perdamos el conocimiento en un estado de dulce ebriedad… Como cuando estábamos en el colegio. Quiero poder hablar con él, Carlos, en persona y agradecerle por estar siempre conmigo, aún en la distancia.

Quiero olvidarme del teléfono móvil y el acoso que conlleva ser el propietario de uno; tirarlo en una fuente y no pensar en que voy tarde a algún lugar y en las llamadas de la gente quejándose por mi irresponsabilidad.

Suena hasta tentadora la idea de que viésemos una película juntos, con el único fin de así tener una excusa tonta para quedarme profundamente dormido en el calor de su pecho.

Quiero volar en un globo de colores, que haga contraste y dé un punto de alegría al cielo de color gris de estos días lluviosos; ver a mis compañeros terrícolas muy abajo, caminando apresuradamente y del tamaño de pequeñas hormigas; todo esto mientras charlo tranquilamente con Déborah y nos reímos del mundo.

Quiero hoy visitarla en su estrella, escuchar su voz y sentir su extinto calor corporal; percibir su aroma y acariciar su cabello de recién nacida; pelear con ella por alguna razón sin importancia, solo por el placer de ver sus expresiones alteradas; verme en sus ojos y usarlos como espejo, un espejo que me devuelve una sonrisa sin boca. Quiero abrazarla, mientras me regaña con alguno de sus prejuicios; quiero estar con ella por un largo rato y hacer caso omiso del leve sonido de las manecillas de su reloj de pulsera, que marcan el tiempo y me avisan que se está acabando.

Quiero volver a la tierra y sentir su estrella latente en mi pecho.

Quiero reír, quiero volar; quiero sentir, quiero llorar; quiero correr, quiero saltar, quiero sentir que mi cuerpo tiene vida y que las venas de mis sienes están apunto de explotar.

Quiero recorrer un gran trayecto a una velocidad vertiginosa en mi vehículo, mientras coreo alguna de las miles de canciones que me sé a medias, mientras el viento que entra por la ventanilla eriza mis vellos y despeina el cabello de mi acompañante.

Quiero ver a Helena perseguir mariposas azules, coreografeando sus pasos con el sonido de J’y suis jamias allé de Yann Tiersen.

Quiero caer en el pecado de estar con su cuerpo, el de la persona que ni siquiera conozco, y así despertar al día siguiente a su lado en una cama deshecha.

Quiero pelear con Javi por un buen rato, para luego dejarlo todo, porque más vale para mí el corazón que bien esconde que las necedades de las cuales hace alarde.

Quiero hacerle ojitos a Jatnna para convencerla de que complazca alguno de mis tontos caprichos.

Quiero reír histéricamente y que se me salgan las lágrimas por ello.

Quiero historias del millón de primos de Gabriela, mientras Carmela me lanza sonrisas de cómplice.

Quiero hacerle la música de fondo a la voz de Bárbara.

Hoy quiero tantas cosas que…. Al carajo, yo me devuelvo a su estrella.


Au revoir, terrícolas.

L’ Angelček

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto me gustó DEMASIADO!

Te amooooo, Angelo Enrique. Incluso cuando quiero golpearte (todos los días) igual te amo.

J

L'Angelček dijo...

Yo tambien quiero golpearte, a cada rato. Mis depresiones recogen buenos frutos <3

Anónimo dijo...

Yo lloré...

J

L'Angelček dijo...

Verga, pero si todavía no te he metido el primer coñazo? o.O

JAJA. Te amo, chiquitica.

Anónimo dijo...

Quiero perseguir mariposas azules, coreografeando pasos con el sonido de J’y suis jamias allé de Yann Tiersen, ¡contigo!

Me habéis conmovido a.a Está todo muy bello.

Mis abrazos... <3

Anónimo dijo...

Like wine, you get better everyday.
Maravilloso, Angelino.
:D

Anónimo dijo...

Si no te conociera, nada de lo que escribiste tuviese sentido. Lo que hace esto genial, como de costumbre.

MA A.K.A.--much to my dismay--Carmela.

Unknown dijo...

Esto está absurdamente hermoso.
Solo tengo una frase que decir: HAZLO!

Wilmer Alfaro dijo...

Q Fino Te Quedo tu diras quien es este nulo q esta escribiendome esto pero buehh olvidalo solo se q t no eres nulo para Mii..